La introducción de cualquier tecnología con frecuencia trae consigo consecuencias inesperadas. Hace ya varios años el celular entró a nuestras vidas, y cada vez toma un lugar más protagónico. Hasta el día de hoy se desconoce al 100% el efecto en nuestro cuerpo, por lo que quisimos hacernos la pregunta e investigar: ¿el uso del celular nos puede ocasionar lesiones?
El “Text neck” se entiende como una lesión por esfuerzo repetitivo o por sobreuso, en el que una persona tiene su cabeza flexionada y en una posición hacia adelante, mirando su celular u otro dispositivo electrónico por períodos prolongados de tiempo.
Desde un punto anatómico: el peso de la cabeza aumenta sobre la columna entre más se flexiona hacia adelante; existe una relación directa entre a mayor ángulo de flexión de la cabeza, mayor peso sobre la columna. Por ejemplo, por cada centímetro de la postura de la cabeza hacia adelante, el peso de la cabeza sobre la columna puede aumentar 10 libras adicionales.
Por este hecho es que se creería que sí se podría lesionar el cuello por el uso del celular. Pero la realidad es que el cuerpo se adapta y esta es una postura que existe desde antes que el celular. No hay evidencia de que usar el celular sea una causa de dolor de cuello. Agachamos la cabeza para leer, ver el celular, lavar platos, etc.
Un estudio de Correia et al analizaron 582 personas usando el celular con flexión de cuello y se llegó a la conclusión de que el Text Neck no está asociado con la prevalencia, la frecuencia ni intensidad del dolor en cuello en adultos. Hay dos estudios más que prueban lo mismo, no se encuentra asociación entre la postura y el dolor de cuello. Sin embargo, ninguno de estos estudios son de alta prevalencia , por lo que se debe seguir estudiando.
Al final de cuentas, ¿cómo se siente ud después de usar el celular frecuentemente? Sean críticos y, como todo, el exceso puede ser perjudicial. Lo más importante que pueden hacer para prevenir molestias en el cuello en general, es cambiar constantemente de postura y evitar así las posturas mantenidas, que son al final de cuentas, las que sí me pueden lesionar.
Autora: Adriana Chaverri Rodríguez